Ευρετήριο Άρθρου

25 años de Griego
Elías Danelis

El 4 de noviembre de 1985 se incorporó la enseñanza del griego a la oferta de la EOI de Madrid. Fue un acontecimiento novedoso y una grata sorpresa, pues cuando en este país se hablaba de griego la referencia era casi siempre al griego antiguo, tan arraigado en la educación española. Aquel mismo curso, ante la inminente adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea en 1986, se incorporaban también el danés γ el neerlandés. Se materializaba, pues, la vocación de las EEOOII de ofrecer y difundir las lenguas comunitarias. La EOI de Madrid fue la escuela de idiomas en donde empezó a impartirse el griego. Después llegaron las escuelas de Barcelona el año siguiente, y las de Málaga y Alicante ya en la década de los 90.
Los comienzos fueron alentadores, aunque bastante duros. Había que habituarse al nuevo entorno laboral, preparar una programación, elaborar material nuevo y específico para las clases, ya que por entonces había aún poca tradición en la enseñanza del griego como lengua extranjera y los manuales existentes no eran precisamente los más adecuados. Además, al contar el departamento con sólo un profesor durante los primeros cinco años de su existencia, no había nadie con quien compartir las alegrías y las penas ni tampoco intercambiar experiencias, contrastar opiniones o recibir consejos. Se vivía en soledad y muchas veces era fácil sentir cierta envidia sana del resto de los idiomas con más profesores. Nuestras primeras clases comenzaron sólo con alumnos de primer curso (había tres grupos y unos 70 alumnos matriculados) y en los años sucesivos se fueron añadiendo el resto de los cursos.
En aquella época no contábamos con los medios informáticos ni audiovisuales que permite la tecnología actual. El departamento tenía una suscripción a un periódico dominical griego que recibíamos por correo al menos una semana después de su publicación. La compra de libros era toda una odisea, porque entonces no existía una moneda común y había que pagar en dólares, así que los trámites burocráticos eran excesivos, los libros llegaban siempre con mucho retraso y su precio finalmente llegaba a triplicarse. Es a partir de mediados de la década de los años noventa cuando en Grecia se realiza un esfuerzo mayor para cubrir las lagunas en el terreno de la enseñanza del griego como lengua extranjera y empiezan a publicarse manuales, gramáticas y otro material especializado. También aparecen nuevos diccionarios: en cinco años vieron la luz los tres diccionarios monolingües más importantes del griego. Todo ello hizo que mejorara mucho la situación y se facilitara nuestro trabajo, aunque todavía queda mucho por hacer. Pero, sin duda, el desarrollo de la tecnología e internet han sido nuestros mejores aliados.
Muchos de los alumnos que asistían a nuestras clases aquellos primeros años eran profesores o estudiantes de griego y latín. Querrían estudiar el idioma a fondo y completar así conocimientos sobre su evolución, aunque a veces, por su propia experiencia de estudio, no era fácil que aceptaran el sistema comunicativo de enseñanza y prestaban especial atención a la gramática y sintaxis (partes formales). Había también un número considerable de alumnos que no habiendo podido matricularse en inglés, se matriculaban en una de las lenguas minoritarias con el fin de aprobar el primer curso y después esto les daba derecho ser los primeros en elegir plaza para matricularse en inglés. Afortunadamente, el perfil del alumnado ha ido cambiando mucho y es radicalmente diferente en la actualidad: hay gran variedad de alumnos que se interesan por el griego y que enriquecen el proceso de aprendizaje con su diferente experiencia y bagaje personal y profesional: profesores y estudiantes de griego y latín, menos que al principio y mezclados con compañeros de otras especialidades, universitarios en general, profesionales de todos los ámbitos (traductores, médicos, actores, abogados...), hijos de matrimonios mixtos y personas unidas sentimentalmente a griegos o griegas, porque el amor no tiene fronteras, es un hecho, especialmente en la actual Europa unida y de becas Erasmus. Desde el curso 90-91 el departamento ha venido contando con dos profesores y esto ha tenido repercusión en la oferta de número de cursos como en el incremento del número de alumnos. En la actualidad los dos profesores son titulares y sería conveniente contar con un tercer profesor para poder cubrir la demanda existente.
Estos veinticinco años han sido un cúmulo de vivencias principalmente positivas. Muchas son las satisfacciones que hemos experimentado viendo el progreso de nuestros alumnos y los lazos de amistad que hemos mantenido con ellos, el buen ambiente de colaboración y trabajo con muchos de nuestros compañeros, y nuestros progresos en la labor docente y la preparación de exámenes. Durante estos años hemos podido comprobar que nuestros alumnos son una fuente inagotable de interés y entusiasmo, y también de inspiración y desafío constante para nuestra labor.
Como departamento somos el último eslabón de la cadena de una decisión que obedeció, en su momento, a la necesidad de sentar bases de entendimiento entre los pueblos de Europa, y que viene llevando a cabo su labor de facilitar ese entendimiento a través de la lengua y la cultura griegas, una labor que nos llena de responsabilidad, satisfacción y orgullo.

El viaje
Leandro García

Suelo hablarles a mis alumnos, cuando la inevitable confianza en clase nos lleva por algunos derroteros personales, sobre mi propia experiencia de la lengua griega y de Grecia, de mi peripecia vital por su geografía, su literatura y su cultura. Eso me lleva a recordarles mi paso por las aulas de una EOI en el mismo punto y las mismas más o menos condiciones que ellos, y termino por confesarles la emoción que sentí en mi primer viaje, que terminaría por convencerme y decantarme hacia esa parte del proceso de aprendizaje de la que nos ocupamos los profes.
Si además encuentro la atmósfera cómplice y propicia para resonancias poéticas, enlazo las impresiones de aquel primer viaje (en época universitaria aún) con la sensación de fin de ciclo que tuve durante mi visita a Ítaca, exactamente al cabo de veinte años y tras participar en un congreso mundial de neohelenistas, en una suerte de pirueta experiencial inversa, una odisea por la lengua que me llevaba hasta las orillas de la Ítaca mítica de Ulises, el destino simbólico de todo viajero en la estela poética de C. P. Cavafis (escribió este poema en 1911 precisamente), que nos enseña que el destino es la propia experiencia enriquecedora del recorrido hasta él, η Ιθάκη σ’ έδωσε τ’ ωραίο ταξείδι, Ítaca nos regala, pues, el hermoso viaje. Heureux qui, comme Ulysse, a fait un bon voyage..., en palabras de Du Bellay.
No puedo dejar de imaginarme a menudo nuestra escuela como un enorme transatlántico en continua travesía en la que una veintena larga de tripulaciones diferentes, todas en el mismo buque, plantean infinitas travesías a puertos cercanos y lejanos, surcando innumerables mares de nombres familiares o exóticos, y en el que cada curso se embarcan miles de alumnos para llevar a cabo su apasionante viaje por la(s) lengua(s). Y, claro, a continuación me asaltan las dudas sobre mi condición de capacitado navegante, buen timonel e idóneo compañero de viaje, pero eso es otro tema.
Si algo he aprendido durante mi viaje –y que intento trasmitir a mis alumnos– es que una lengua nos permite abrir puertas y cruzar umbrales que solo son accesibles con y desde la misma lengua. Cada palabra, una llave; cada frase, un paso. Tan convencido estoy de ello que dudo seriamente que pueda alguien aprender a utilizar el color azul en griego si no ha expuesto sus retinas a las tonalidades de los mares griegos, o que el significado de algunas palabras se pueda dar por hecho sin contrastar su uso en algunas canciones o novelas, de Jatsidakis o de loana Caristiani respectivamente, por poner un ejemplo. ¿Cómo aprender una lengua sin atender al paisaje de su referencialidad cultural? ¿Cómo renunciar a ese hermoso viaje?
Mi experiencia constatada y compartida con los alumnos es que ese "paisaje" cautiva y no defrauda: cada esfuerzo, cada frase es recompensada con amplias dosis de amabilidad y gratitud de parte de los griegos. Resulta sumamente gratificante llamar a su puerta, te acogen y se desviven por compartir sus ámbitos, sus hábitos, sus ideas. Venir de este lado del Mediterráneo allana el camino, la fonética se convierteen formidable aliada y enseguida te sientes en posición de ser uno más de algún modo, de manejar ciertas claves y reclamar tu hueco en el paisaje desu Historia, su cultura, sus tradiciones e ideales...
¡Buen viaje!
Pistas y sugerencias griegas
Así os proponemos una serie de pistas sobre Grecia y lo griego para aquellos que sientan la urgencia de ponerse en camino desde la lengua española:
Un interesante comienzo podría ser seguir los pasos de otros. Aquí van un par de sugerencias de experiencias de viaje, que nos pueden servir de guía e inspiración:
Corazón De Ulises (Debolsillo, 2008), de Javier Martínez Reverte, que ha tenido varias ediciones ya.
Verano griego (Altaïr, 2009) del escritor francés Jacques Lacarrière, unas interesantes memorias de sus viajes por Grecia durante buena parte del s. XX, de gran éxito en Francia.
Para acercarse y entender la Grecia actual, en estos tiempos de incertidumbre que vivimos, puede ser útil contar con unas pistas sobre su Historia. Un par de ideas para ello sería:
Historia de Grecia (Akal, 2003), de Richard Clogg, un recorrido sucinto y claro por los acontecimientos que han conformado la Grecia actual.
La ciudad de los espíritus. Salónica desde Suleimán el Magnífico hasta la ocupación nazi (Crítica, 2009), de Mark Mazower, una evocadora e interesantísima narración sobre esta ciudad, crisol de los Balcanes, y su apasionante historia.
Puede ser muy interesante asimismo dejarse llevar por senderos literarios, y para los interesados ahí van algunas sugerencias, a sumar a las pistas dadas en el anterior artículo:
Cualquier libro de los de Petros Márkaris editados en los últimos años en nuestro país puede ser un entretenido y provechoso acercamiento a la literatura griega actual. Márkaris nos propone tramas policíacas y a través de las peripecias del peculiar comisario Jaritos nos presenta un certero análisis de la sociedad griega.
Zigzag entre naranjos amargos (451 Editores, 2008), de Ersi Sotiropulu. Esta novela galardonada y motivo de algún que otro escándalo en Grecia, nos introduce en la actual narrativa griega de forma muy personal y sugerente.
La isla (Nabla, 2008) de la británica Victoria Hislop. Una novela ambientada en Grecia que ha conocido gran éxito internacional. Tanto el libro como su versión griega en forma de serie de televisión han conocido un enorme éxito en Grecia.
Las sugerencias musicales griegas son las que, a decir de algunos, mejor nos transportan y nos sitúan en la senda del sentir griego de la vida y la diversión. Una visita a cualquier tienda
de discos nos pondrá sobre las pistas de algunos autores y voces. Aquí os presentamos otros recursos: un par de páginas web y un cómic:
http://www.hadjidakis.gr/ La página oficial del músico griego Manos Jatsidakis, una figura trascendental en la cultura griega del s. XX.
Rebétiko. La mala hierba (Sins entido, 2010), del francés David Prudhomme, nos acerca al Rebético en forma de comic, un formato muy atractivo para entender las condiciones sociales en las que se generó esta expresión musical.
http://www.rebetiko.gr/ Una muy completa página, en griego e inglés, sobre este género indispensable para entender la sociedad griega actual.
Υ, finalmente, el enlace a nuestra página de apoyo al autoaprendizaje, que puede servir de guía a cuantos quieren iniciarse en este apasionante ''paisaje'' cultural y quieren conocer los recursos en la red y cómo utilizarlos:

¿Qué opinan los alumnos?

Daniela Facchinetti
Profesora y traductora, 37 años
Ex alumna de griego
Mi deseo era estudiar una lengua con un alfabeto que siempre me había fascinado y conocer más de cerca una de las principales culturas del área mediterránea. Ha sido una experiencia indudablemente enriquecedora, el estudio del griego ha sido una puerta hacia una lengua que en parte sigue presente en nuestro vocabulario diario, pero también hacia nuevas amistades, impresiones y emociones que me he llevado de las clases y de los viajes a Grecia.

Natalia González de la Cruz
Estudiante, 19 años
Griego, NB1
A pesar de mi juventud, tenía muy claro que quería empezar a aprender griego. El griego va más allá de la mitología, la filosofía γ la historia antigua, a las cuales también estoy vinculada porque estudio Filología Clásica. Grecia tiene algo especial, que hace que esté enganchada a ella. El griego no se estudia, se disfruta y por eso ir a la EOI cada tarde es una forma de liberarme después de un largo día. Y desde aquí, aprovecho para agradecérselo a todas aquellas personas que lo hacen posible.

Marina Moreno Sánchez
Maestra, 32 años
Griego, NI1
Empecé a estudiar griego por interés comunicativo, ya que tenía algunos amigos chipriotas. Debido a ello, había viajado en varias ocasiones a Chipre, y con el tiempo sentí la necesidad de poder hablar con ellos en su propia lengua. Creo que para comprender mejor a un grupo de personas es necesario saber también su idioma, ya que ambos aspectos, lenguaje y cultura, están estrechamente relacionados. Ahora me siento un poco más cercana a su manera de pensar y de ver la vida. Además, hablar un idioma siempre te abre puertas para conocer a gente nativa.

Nara Alexiou Zacarias
Gestora de proyectos. 30 años
Griego, NB2
Estudio griego por muchos motivos. Familiares, en primer lugar, porque mi abuelo era griego y de alguna forma eso me hace más fácil el aprenderlo.
Yo no soy española. El español lo aprendí en un curso online y viviendo en España. He estudiado varios idiomas por hobby, ¡las lenguas me encantan! Además espero que laboralmente me ayude a situarme mejor. En un mundo como el de hoy, creo que con cuantas más personas podamos comunicamos, mejor. ¡Os animo a todos a aprender algún idioma!

Antonio J. Rivas Ramírez
Funcionario, 38 años
Griego, NA2
Hace años empecé a interesarme por la cultura griega en general: su historia, sus costumbres, su música y, por supuesto, su idioma. Intenté aprenderlo por mí mismo, pero no lograba avances importantes, así que me decidí a inscribirme en la EOI. Seis años después, terminando ya NA2, me siento muy satisfecho de los resultados obtenidos y de haber conseguido cumplir el objetivo que me propuse en su día.
Felicidades al Departamento y que cumplamos muchos más.

Guillermo Corbalán Matta
Estudiante, 18 años
Griego, NI2
La gente se sorprende cuando cuento que empecé a estudiar griego moderno a los 15 años. Sinceramente no tenía ninguna razón concreta para elegir ese idioma, sólo me llamaba la atención el hecho de estudiar una lengua que no conociese todo el mundo. A pesar de llevar cuatro años estudiando griego nunca he estado en Grecia y el hecho de poder conseguirlo algún día es lo que me da ánimos para no tirar la toalla y aprender todo lo que pueda de una lengua de la que, hoy en día, todavía me queda mucho por descubrir.

Nota: El artículo completo (texto, fotos, etc.) está disponible en los siguientes enlaces.

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Fuente: Idiomanías, nº 21, abril 2011, pp. 12-17.