Ευρετήριο Άρθρου

Esta receta se la dedico a todos los que os gusta el frío... cuando estáis en casa abrigaditos con una mantita y la estufa en los pies. Es un plato de cuchara, poco conocido por los turistas y no muy atractivo a la vista, pero sabe a gloria. Además su elaboración es sencillísima y el ajo muy sano para el corazón y el estómago. Ahí va:

Ingredientes:
1 taza de aceite
2 tomates maduros
6 dientes de ajo
1/2 barra de pan duro
6 tazas de agua
1 huevo
1 cucharadita de sal

Elaboración:
Lo primero que hacemos es cortar y rallar el tomate. A continuación se pelan y se cortan los ajos.
Se pone el aceite en una cazuela y cuando esté un poco caliente se añaden los ajos y se dejan a fuego lento.
Añadimos el tomate rallado a los ajos. La idea es que queden bien desechos. Igualmente, dejamos que se hagan a fuego lento.
Troceamos el pan duro y lo añadimos al tomate y al ajo, sin dejar de remover (durante 3 ó 4 minutos). Después añadimos el agua y mezclamos bien todos los ingredientes.
Lo último que nos queda por hacer es batir el huevo y echarlo a la sopa, veréis como se va solidificando con el calor y qué sabor le da a este guiso.
Se deja cocer a fuego lento durante un cuarto de hora y ya está lista. Sólo queda añadir sal al gusto.

Dos cosas más: la elección del aceite cambiará radicalmente el sabor de esta sopa. Personalmente prefiero el de oliva, pero para gustos los colores.
Y un último consejo que vale no sólo para esta sopa sino para todos los platos de cuchara en general. La comida que se deja reposar, siempre sabe mejor. Lo bueno se hace esperar.