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Nunca imaginé que esta experiencia cambiaría mi vida’’

Antes de visitarnos, Fevronia Kirkmaili (Thessaloniki. Grecia, 1987) ya había pasado por Barcelona y Andalucía y asegura que “desde entonces tenía mucho interés en conocer el País Vasco, con un carácter diferente del resto de España”. Fenia, como la conocen sus amistades, vino a Álava con el programa Erasmus para estudiar Topografía y se marchó, cinco meses después, con un buen recuerdo, mejores amistades y una relación sentimental que no parece pasajera.

A pesar de que era la única griega en el campus, para Fenia no fue complicado habituarse a Gasteiz. “Pensaba que los primeros días iban a ser difíciles, pero fue muy al contrario -asegura-; mi tutora Natalia me ayudó muchísimo, algo de lo que le estoy muy muy agradecida. Cuando llegué era consciente de que algo nuevo empezaba, pero nunca imaginé que esta nueva experiencia me cambiaría la vida”, afirma sorprendida.

Qué duda cabe que las amistades que hizo durante su estancia fueron de calidad, “puedo decir que son más que buenas -asegura- es gente que me hace querer volver a Vitoria y visitarlas por toda Europa con la mayor frecuencia posible”. Pero lo que, sin lugar a dudas, tuvo mucho que ver en su inolvidable recuerdo de su paso por Álava fue encontrar aquí su media naranja. “No podría imaginar que una relación sentimental que empezó durante mi estancia como Erasmus podría durar hasta ahora y ser tan fuerte, tras meses de haber vuelto a casa”, afirma encantada.

Personas muy abiertas

Sorprende la facilidad con que Fenia se desenvuelve en un perfecto castellano; “tenía un gran interés por la cultura española -explica- así que comencé a estudiar español hace tres años. Cuanto más conocía la cultura, más ganas tenía de vivir unos meses allí, así que hice todo lo posible por conseguirlo“.

Quizá por su conocimiento del idioma, quizá por su carácter abierto, Fenia afirma que “no me parece que sea difícil relacionarse con la gente en el País Vasco… más bien todo lo contrario. Conmigo -explica- toda la gente con la que tuve contacto en esos meses fue muy abierta”. Durante su estancia aquí aprovechó para viajar y conocer Euskadi; asegura que “lo que más me llamó la atención fue la manera de vivir y de divertirse, la comida y la cultura hacen de Euskadi un sitio único”. A los griegos nos gusta también mucho la fiesta, pero -reconoce- podría admitir que en el País Vasco se sabe mejor cómo hacer la fiesta”.

Una de las mayores diferencias que encontró Fenia entre Grecia y Euskadi fue el clima… “es lo que lo hace que Euskadi sea de verde, algo que desafortunadamente falta en mi ciudad”.

Ahora, de vuelta en Thessaloniki, continúa estudiando, “pero ahora Ingeniería Civil, aclara, en la Universidad Aristóteles” y luego quizá vuelva para hacer un máster. Asegura que lo que más echa de menos son “los parques de Vitoria y las horas que pasamos ahí cada vez que salía el sol”. Pero Fenia no lo duda y advierte que “ya estoy planeando, otra vez, cuándo podré hacer mi siguiente visita al País Vasco”.

 

Fuente: Campusa, octubre 2009, nº 68, p. 21.

Se trata del último número de la revista Campusa que ha publicado la Universidad del País Vasco. Puede encontrar la entrevista aquí y los números disponibles en Internet aquí.