"La censura cultural cada vez es mayor"

Equilibrio. Fuerzas centrífugas. Puzzle. Vidas desen-cajadas. Búsqueda continua del amor. Sexo. Erotismo. Polémica. Bronca parlamentaria. Si esto fuera Internet, estos serían los tags -etiquetas para definir un documento- de la novela Zigzag entre naranjos amargos, de la griega Ersi Sotiropulu (Patras, 1953), publicada por 451 Editores y la primera de la autora en castellano.

Y en esa web uno podría mover el cursor del ratón libremente, pero habría algo que necesitaría desentrañar: ¿Qué es eso de polémica en el Congreso? ¿Por qué si fue una novela galardonada con el premio Nacional de Literatura de Grecia en el año 2000?

Un cigarrillo tras otro, con voz ronca y ojos negros que taladran al interlocutor, Sotiropulu rememora aquellos momentos que pusieron a una novela tachada de alternativa, innovadora y cuasi revolucionaria, en el disparadero. "Todo empezó en 2001, cuando un diputado de la derecha denunció en el parlamento griego que hubieran dado el premio a una novela escrita por una pornógrafa. Hubo polémica, pero finalmente aquello no salió del Congreso", cuenta la escritora, quien sin quitar la mirada estima que ahora hubiera sido mucho peor. "En estos momentos, es posible que un juez sí hubiera tramitado una denuncia por pornografía, ya que creo que la censura cultural es mayor. En cierto modo, la situación actual me recuerda a épocas pasadas e incluso a los años de la dictadura en Grecia". Y ahí queda eso.

No era la primera vez que Sotiropulu rompía los moldes. Ella siempre ha transitado por los límites. Por los bordillos de las aceras. Igual que ese recuerdo de caminar haciendo zigzag entre naranjos que dio lugar al título de la novela. Siempre buscando el equilibrio. Y reconoce que lo hace de una forma consciente. Eso sí, sin ningún tipo de finalidad, y mucho menos comercial. "Con los límites también juego en la vida, y además siempre he escrito de una forma muy libre, sin cortapisas. Y si hay escenas eróticas en mis libros es porque tiene que haberlas", sostiene tras dar unacalada al cigarro.

Una sociedad miedosa

También le da cabida al amor. O más bien a su búsqueda incesante. Esta novela es prueba de ello. Cuatro personajes cotidianos - "chicos y chicas que viven en la puerta de al lado", según Sotiropulu- en busca de afecto. ¿Por eso la etiqueta de novela contemporánea? "Es que ahora todos lo buscamos, sobre todo porque no sabemos expresar nuestra necesidad de amor. Estamos siempre protegiéndonos y a la defensiva", revela la autora.

Otro concepto que no rehuye es el de la muerte. Y muy unido a la juventud. En esta novela una chica se halla en un hospital pendiente de un hilo. "Me gusta el microcosmos de estos sitios porque todo gira en torno al cuerpo... además, un hospital no tiene por qué ser triste. Es un lugar en el que se da ese equilibrio entre la alegría y la tristeza", cuenta Sotiropulu.

Casi diez años ha tardado en publicar en España "por los problemas de traducción de una lengua pequeña como el griego", dice la autora. Una década en la que le ha dado tiempo a escribir otras dos novelas, embarcarse una nueva y dejarse seducir por el relato breve. Habrá que ver cuándo llegan a nuestras librerías.