Δρ. Ελένη Λεονταρίδη / Dra. Eleni Leontaridi
Αριστοτέλειο Πανεπιστήμιο Θεσσαλονίκης / Universidad Aristóteles de Salónica
Ελληνικό Ανοικτό Πανεπιστήμιο / Universidad Abierta de Grecia

“HOLA Ή ΤΙΠΟΤΑ”; de perlas lingüísticas y lindezas semejantes:
el caso de los Falsos Amigos.

Λεονταρίδη Eλένη. (2006): HOLA Ή ΤΙΠΟΤΑ!”; de perlas lingüísticas y lindezas semejantes: el caso de los Falsos Amigos. Άρθρο δημοσιευμένο στις Λεονταρίδη, Ε. Μπαλάση, Ε. & Σπανοπούλου, Κ. (επιμ.) (2006), Πρακτικά της Ημερίδας ‘Αφιέρωμα στη Γερμανική, Ιταλική και Ισπανική Γλώσσα’, (ISBN: 978-960-6608-73-5), Αθήνα: Focus on Health, σελ. 266-272.

Εn primer lugar, como miembro del Comité Organizador, me gustaría agradecer la presencia de todos en estas Jornadas. Dicha participación demuestra una vez más que el interés que existe en Grecia por la lengua española aumenta constantemente. En nuestro encuentro hoy, he decidido hablarles en tono humorístico de algo light, que me viene llamando la atención prácticamente desde cuando empecé a dar clases de español como lengua extranjera por primera vez, hace ya muchos años. Me refiero a las palabras denominadas “falsos amigos”. Con esta expresión traducida del inglés (false friends) o con la más técnica palabras cognadas (false cognates) y aun con la que propone el profesor José Polo, parónimos interlingüísticos, nos referimos a los términos que tienen en una lengua morfología semejante a la de otros, de otra lengua, pero cuyos significados son parcial o totalmente diferentes. Un ejemplo típico es la palabra portuguesa embaraçada, que significa "estar avergonzada". Según una anécdota, el presidente de Portugal dijo en España: “¡Estoy muy embaraçado...!” Muchos de los falsos amigos se deben a una etimología común que ha derivado en significados distintos en cada lengua, otros simplemente a una coincidencia a nivel de pronunciación o de grafía. Algunas veces los falsos amigos son inocuos pero otras tantas dan lugar a, normalmente, graciosos intercambios o malentendidos. Por ejemplo, el español que dice en inglés “I'm constipated (traduciendo del español “estoy constipado”) en realidad está informando a su interlocutor –perplejo ante la confianza que se le demuestra- de que está estreñido. No pasa nada si se habla entre amigos pero imaginen la situación en un acto formal…

Igualmente, no sé si saben que el famoso Mitsubitshi Montero en el resto del mundo se llama Mitsubitshi Pajero, pero que para comercializarlo en España le cambiaron el nombre por razones obvias. La industria automovilística japonesa ha demostrado disponer de una imaginación ejemplar al lanzar al mercado internacional modelos como el Nissan Moco y el Mazda Laputa. Y, por si fuera poco los modelos fueron presentados por frases ingeniosas como –traduzco del inglés- :

- “El moco lo puedes guardar en cualquier sitio” (You can store moco anywhere) –ya lo sabíamos- o
- "Laputa ha mejorado su seguridad y ampliado su interior” (“Laputa Gets Improved and Safety Features and Upgraded Interior).
Las campañas se lanzan con otras "lindezas" como:
- “Estilo atractivo” (Attractive styling),
- “Manejo sencillo” (Easy handling; excellent maneuverability) y
- “Cuerpo diseñado para resistir impactos frontales” (Body designed to withstand front collisions), etc etc.
¿Qué tal? ¿Se lo van a comprar o no? Bueno, a lo mejor les convence esta última frase:
- “Laputa sigue costando más o menos lo mismo que antes” (Laputa remains at approximately the same price level)

Vamos, me dice un amigo japonés“¿Te gusta mi nuevo Moco verde?”y creo que no vuelvo a hablarle en la vida.

Pasaremos ahora a ver algunos ejemplos de falsos amigos entre el español y el griego. El caso es que muchos españoles que hablan griego moderno me contaban que desde sus tiempos del bachillerato creían que el griego no era nada más que una sucesión de nombres largos y con frecuencia esdrújulos tan misteriosos y sobrecogedores como si fueran enfermedades, pero que durante su aprendizaje de griego moderno se daban cuenta de que era algo mucho más apasionante y distinto. De todos modos creo que puedo entender a mi querido director de tesis, Jesús Fernández, quien -al saltarle el contestador de mi buzón de voz en griego- me preguntaba si el “τηλεφωνητής” [/tilefonitís/] este que había contagiado era una dolencia realmente grave. La verdad es que mucha gente asocia el griego a términos científicos, de manera que cuando decimos Adolfo, eres un burro no estamos haciendo una declaración zoológica sino que hacemos uso de una metáfora para destacar o resaltar una cualidad de Adolfo, o que cuando decimos en un bar Ponme un vaso de vino nos servimos de una metonimia, porque, evidentemente, queremos beber el vino, no observar el vaso; pero ¿qué me dicen de una epífora, antanaclasis, anadiplosis y epanadiplosis, anástrofe, etc.? Suenan a enfermedades preocupantes. “Tiene usted una anadiplosis aguda”, aunque en retórica la mayoría son simplemente diferentes tipos de repeticiones. Pero hoy más bien quiero hacer referencia a anécdotas y casos concretos de vocablos más sencillos, palabras de las que el …inocente aprendiz se sirve para expresarse y que pueden llevar a malentendidos, afortunadamente la mayoría de las veces resueltos sin más. Les voy a hablar desde esta óptica más general, desde la comunicación entendida como interacción de los seres humanos con el mundo y entre sí, de manera que intentaré hilar algunas reflexiones y ejemplos sobre el uso cotidiano de la lengua, queriendo hacerles ver cómo el contexto, pero también la edad, el género, los estudios etc. condicionan a veces de una manera u otra nuestra comprensión de lo que dicen los otros.

El estudiante de una lengua extranjera adquiere ciertas expresiones espontáneamente, las cuales son repetidas sin tener que ser pensadas previamente, y sin necesidad de recurrir a su lengua materna. Pero, a partir del momento en el que sale de este contexto y está obligado a expresar ideas más complejas, tiende a calcar el modelo del idioma que considera más parecido a la lengua estudiada. Así, entre el abanico de expresiones y de estructuras que el idioma extranjero le ofrece, el alumno, sobre todo el de los primeros niveles, escoge las más cercanas a las que ya conoce, es decir, las que más se parecen a su lengua materna (o la lengua extranjera que mejor conoce) lo cual a menudo da lugar a curiosas construcciones inexistentes en la lengua de destino y, en algunos casos, a giros extraños y no carentes de gracejo.

¡Entremos pues en la Zona Oscura, en el Twilight Zone! Les pido de antemano que me disculpen si en algún momento me veo obligada a utilizar alguna expresión un poco grosera ya que todos los ejemplos que voy a citar son absolutamente verídicos; que no se ofendan por favor –no se trata de una falta de respeto hacia ustedes. Es que en realidad hablamos así. Si alguien se siente aludido o se identifica que no se preocupe; que piense que a todos nos ha sucedido alguna anécdota similar; yo por ejemplo, la primera vez que estuve en España, hace ya años, un día caluroso de agosto, mirándole a mi amigo Javi en los ojos le digo: “Ay, estoy muy caliente hoy. ¿Tú no?” a lo cual no entendí muy bien porque me dice sonriendo “Eleni, aquí no, si quieres vamos adentro…”. ¿Se ríen? ¿Por qué? ¿Creen que un español no se podría equivocar con un tema tan corriente como el tiempo? A ver qué le ha pasado al taxista ateniense de la siguiente historia según nos lo cuenta la doctora López Jimeno, profesora de griego moderno en la Universidad de Valladolid, a quien agradezco por haberme suministrado varias de las anécdotas que hoy citaré[1]. Resulta que este simpático señor un buen día (bueno, más bien un día de calor infernal en pleno agosto), recogió en su coche a tres señoras españolas, de mediana edad quienes volvían de la playa y, fieles a la cortesía de esos encuentros, (igual que en los ascensores) empezaron a hablar del tiempo: Έχουμε μια ζέστη!”(lit. ¡Tenemos un calor!)! ¿Un griego más que perfecto, verdad? y con un acento de esos que engañan… Además, siendo las tres profesoras de griego clásico, se acordaban de sus conocimientos y concretaban: “Nαι, ναι, έχουμε μια ζέστη στο σώμα μας! (lit. ¡Tenemos un calor en el cuerpo!).

“El pobre hombre, aturdido, no debía de confiar mucho en sus fuerzas, minadas por el calor y el duro trabajo, y volviéndose, preguntó a su vez, atónito “Και οι τρεις σας;» (“¡¿las tres?!”), “Sí, sí, claro, las tres, las tres!”, ante lo cual encendió un cigarrillo y empezó a sudar copiosamente, sin saber cómo estar a la altura de las circunstancias y aplacar el solito los ardores corporales de las tres españolas“.

López Jimeno, 2000: 15-17

Supongo que a estas alturas las damas estas ya habrán aprendido que en estas situaciones es más aconsejable decir ζεσταίνομαι(tengo calor”), o πω, πω τι ζέστη κάνει!” (“¡qué calor hace!”). Habrá que preguntar a Amor López si conoce el final de la historia. Bueno, ¡imaginen lo que va a pasar este verano en los Juegos Olímpicos de Atenas. Por una parte me gustaría estar aquí para recoger material porque, claro, mucha gente cree que hablando despacio y sobre todo alto –vamos, “extranjero” equivale a “sordo”- se entiende la gente. ¿No les ha pasado alguna vez eso de estar cenando tranquilamente en un restaurante y de repente el hispanohablante de al lado, como si le hubiera dado un ataque epiléptico, empezase a pedir a gritos una σερβιέτα[/servieta/] al camarero? Y tú te preguntas, ¿para qué necesitará este tío una compresa higiénica, porque claro, si necesitara una χαρτο-πετσέτα[/jarto-petseta/] (y no me refiero a la peseta española) habría pedido una servilleta, ¿no? [2]

Como mi amigo Álvaro, que es amante del buen ron, cosa que no iba a cambiar por el hecho de estar en Grecia, claro está. Así que fue a un bar en Kolonaki y pidió –como si fuera la cosa más natural del mundo- “Cacique con cola”. Como, el sorprendido camarero le volvió a preguntar que qué era lo que le pedía, Álvaro le explicó Ένα καθίκι, παιδί μου, με coca-cola. Vamos, conozco a gente que les gusta tomar la coca-cola directamente de la lata, yo no puedo sin mi vaso lleno de hielo, pero uno que lo tome en un orinal, la verdad es que es bastante original. En fin, parece que en los restaurantes y bares suelen pasar cosas raras. Lo que se come en un país no significa necesariamente que se pueda comer igual en otro… Hace un par de años estuve en Segovia con un grupo de alumnos del Centro de Idiomas de la Universidad de Atenas. Bueno, pues, una noche decidimos comer algo de comida rápida en un Telepizza. Así que una chiquilla, más bien menuda, va y dice “A ver, quiero una ‘picha’ (pizza) grande, que no he comido nada hoy” y se queda tan pancha. Claro, sobre gustos no hay nada escrito pero llegados a ese punto, si uno lo escucha, vale más saber exactamente lo que la otra busca... Igualmente, como leía recientemente en la novela “El Mozárabe” de Jesús Sánchez Adalid, los protagonistas “Desayunaron juntos, panes calientes y puches [= pollas] de harina tostada, manteca y tasajos de ciervo…”. Bueno, podría haber sido peor; ¿saben que hay un diminutivo de un nombre femenino –creo que de Penélope- que es ni más ni menos Πίτσα? “Pero, Picha, ¿dónde te has metido?”.

Lo de los restaurantes me recuerda también la historia de este pobre niño de cinco años, hijo de madre española y padre griego, quien, de vacaciones en España, tuvo una experiencia… traumática cuando su abuela le dijo que tenía que comerse hasta la última de lasmigasque le había preparado para ser grande y fuerte -como el primo de Zumosol… El niño se echó a llorar desconsoladamente porque, claro, lo de comer un plato de …“moscas” (μύγα) por muy tradicional que sea no debe de tener una pinta muy atractiva que digamos. ¿Y qué me dicen de esa costumbre tan típicamente mediterránea, lo de comer “semillas” de girasol o calabaza? Desde luego que si a un amigo griego se le pregunta alegremente, sobre todo en la oscuridad de un cine θες πίπα;” (como θες ποπ-κορν;”), la verdad es que le será difícil negarse; hombre, por educación, ¡claro está! Es que en griego το να παίρνεις μια πίπα (tomar una ‘pipa’) es lo que le hacía la famosa becaria al Sr. Presidente de los EE.UU. en el salón oval[3].

Sin embargo, el mejor ejemplo que he oído proviene de Amor López y es que lo cuenta tan bien que voy a citarles el extracto original de un artículo suyo:

Mucho peor es lo que le sucedió a otra española nuestra recién instalada en Atenas, cuando se le estropeó un electrodoméstico. Incapaz de arreglarlo por sí sola, o temiendo causar un estropicio peor, como nos sucede a muchos, decidió pedir ayuda al vecino. Al fin y al cabo, para eso están ¿no? Llamó a la puerta de al lado y se le ocurrió decir a su vecina, ni más ni menos, que si le podía venir su marido a arreglarle unos cables.

En castellano parece lo más inocente del mundo y, por si acaso, los llevaba en la mano, pero en griego, pedir a una buena vecina que te preste al marido για να ‘μου φτιάξει τις καύλεςresulta bastante insolente, la verdad ya que καύλες como bien sabéis son algo así como los "ardores" de las otras tres [en el taxi], y no precisamente estomacales, de modo que lo que le pidió realmente a la vecina fue que le prestara el marido para “apagarle los furores!!”. A lo cual la buena mujer, escandalizada, naturalmente, se negó en redondo, despidiéndola con cajas destempladas sin reparar en los cables (καλώδια) que la muchacha le mostraba.

López Jimeno, 2000: 15-17

Los ejemplos de palabras o expresiones que tienen la misma cadencia fónica en español y en griego son innumerables. Algunos son inocuos, otros, más ofensivos, pero claro, dependen del contexto en el que se utilizan de ahí que normalmente posibles malentendidos se resuelvan pronto. Τρύπα, por ejemplo, no significa “tripa”, sino “agujero”. “Κοίτα(quita) y γεια (ya) significan “mira” y “hola” respectivamente.Y qué me dicen de “sábana”? La verdad que no conviene mucho pedirla en un hotel en Grecia si no quieren que se les miren con cara de “Dios mío, ¿a dónde va este mundo?. Es que en griego, σάβανα son los sudarios y la verdad que no deben de ser muy cómodos para dormir. Al fin y al cabo si usted quiere un sudario cómprese un saco de dormir de estos tipo momia y además así está más “trendy”, ¿verdad? Ya que estamos con lo escatológico, una palabra tan frecuentemente utilizada como clase, en griego es la segunda persona del imperativo de "airearse" –para ser más finos. Igualmente eviten decir "¡qué broma!" cuando alguien cuenta un chiste gracioso, porque podría entenderse como “¡qué mal olor!”; y sobre todo no lo digan cuando quien lo cuenta es una mujer, porque ella podría creer que la están llamando βρώμα, es decir "puta". Hablando de estas últimas, que alguien me explique por favor porqué tengo amigos que insisten en llamarme “chula” usando frases como “¡Qué chula estás hoy con esta camisa!”. Hombre, reconozco que podría haber sido peor, podrían haberme llamado puta” usando el verbo ser en vez del estar así que algo es algo… Ah, se me ha olvidado decirles que τσούλα significa “puta” en griego.

Como mi amigo Miguel, que con una competencia lingüística de nivel A1 en griego moderno (para que no nos olvidemos del Marco Europeo para las Lenguas…) se vino de viaje lingüístico a Atenas. Resulta que le llamaba la atención que todo el mundo muy a menudo comentaba –con la mayor naturalidad del mundo además-: "¡He jodí'o!" (he jodido), siendo ya el colmo un cura ortodoxo, fuera de la Catedral en la calle Mitropóleos. Escandalizado ya, me lo comentó; y menos mal porque así se dio cuenta de que no es que los curas griegos sean tan liberales, sino έχω δύο [/eho dío/]significa "tengo dos".

Igualmente, hasta hoy son muchas la veces en las que estoy en clase y de repente veo que los alumnos no pueden contener la risa al explicar yo tan seria la formación del imperativo en español y la posición de los pronombres personales con ejemplos tan ilustrativos además de la cortesía española como pídame Señor…” (vamos, “¡fólleme, señor!, no se corte...”). No hace falta explicar qué pasa el día que damos la morfología del Imperfecto de subjuntivo con ejemplos como pidiese, pidieses, pidiese… (“te follas…”).

No sé qué tal ustedes, pero eso me recuerda el típico caso de españoles que han estudiado griego clásico, como aquel súper-catedrático que en una excursión del Departamento a Rodas va y pregunta al bigotudo conductor del autobús πότε γάμησε a lo cual éste pega un frenazo que el autobús casi sale de la carretera. Claro, el amable profesor lo que quería preguntar al conductor era “cuándo se casó” pero a éste no le pareció muy cortés que un desconocido –por muy “Catedrático” que fuera- le preguntara que “cuándo echó un polvo”… –con perdón[4]. No hay que olvidar pues -sobre todo aquellos de ustedes provistos de un bagaje “clásico”- que en un idioma con una historia tan larga como el griego, es más que probable que se hayan producido muchos cambios semánticos.

Por otra parte, siempre comento lo que le pasó a mi padre la primera vez que un amigo español vino a cenar en casa. Mi padre -que no habla nada de español- se puso a servir vino, y claro, cuando el amigo le dijo "¡vale!", mi padre sorprendido ante la competencia lingüística que demostraba el amigo recién llegado diciéndole en perfecto griego, βάλε, βάλε κι άλλο(o sea “échame más”), siguió sirviendo! Bueno, después de tantos años el Señor Leontaridis se ha hecho un experto en el tema.

A este punto les propongo hacer un experimento. Sé que hoy tenemos aquí con nosotros a compañeros que no hablan nada o casi nada de griego. Les voy a leer un texto en griego en el que se han usado muchas palabras que suenan como palabras españolas, pero claro, no tienen nada que ver. Reconozco que no es una joya literaria que digamos –bueno, más bien es un texto un poco absurdo- pero nos sirve para nuestro fin. Intenten apuntar tantas palabras españolas como puedan reconocer –sin ver el texto escrito, claro. Aquí va:

- Πήγαινε μέσα (mesa) και (que) πες στο μούτσο (mucho) να πει στον μπάρμπα (barba) μας (más) νατου (tú) δώσει τον άρτο (harto), το περιοδικό (periódico) και (que)την κασέτα (caseta) μου, και (que) την κόλλα (cola) για (ya) να κολλήσω την τρύπα (tripa) που έκανα στην σουπιέρα (supiera). Α! Πάρε (pare) και αυτό να του το δώσεις. Και (que) που ‘σαι (puse), πες του (tú) να μην αργήσει να έρθει το μεσημέρι κι ας (has) λέει (ley) ότι έχει δουλειά, γιατί χθες όσο (oso) τον περίμενα κάτω από τo δέντρο (dentro), στον πλάτανο (plátano) πέρα (pera) από το λιμάνι, έγινα λούτσα (lucha). Αλήθεια (Alicia) σου (su) λέω! Α, και αν (han) δεις τον Χόσε (José), ξέρεις, αυτόν με την φαβορίτα (favorita) και τη μπάκα (vaca) –καλά, μη μιλάω γιατί κι εγώ πάχυνα (página) τελευταία-, μη του (tú) πεις ότι μ’ είδες (mides) γιατί θα μου ζητάει την ταινία (tenía) που είχα (hija) για τον ανηψιό του. Είναι αστείο (hastío). Η μοίρα (mira) μου το ‘χει να τρώω στη μάπα (mapa) όλους αυτούς;

- Αστα (hasta)! Χέστο (gesto), μη το σκέφτεσαι. Τα ’πα (tapa) εγώ και (que) στη Μαρίκα (marica) αλλά ποιος μ’ ακούει. Αυτή είχε το νου της στο γερό τράγο (trago) τον Μάνο (mano). Α, πάρτο (parto) αυτό, είναι καλό για (ya) τη διάρροια (diaria) του μωρού. Κοίτα (quita), φίλα (fila) μου και (que) την Μαρία και (que) πες της καλή τύχη! Θα την πάρω (paro)αύριο. Θα κερδίσει στους αγώνες, έστω (esto) στήθος με στήθος (mestizos) αλλά θα κερδίσει. Η πρώτη κρυάδα (criada) είναι η δύσκολη. Αρκεί μόνο (mono) να μην έχει πάλι πρόβλημα με την γάμπα (gamba) της ή να μην κάνει καμιά γκάφα (gafa). Αντε (ande), γεια (ya)!

¿Qué tal? ¿Han apuntado muchas palabras? Un montón, ¿verdad? Sólo que deben de sentirse ustedes un poco confusos en cuanto al contenido transmitido…

Bueno, todo esto para advertir una vez más a nuestros alumnos que deben esforzarse a pensar en el otro idioma desde el principio y no reproducir esquemas propios de la lengua materna a la lengua de destino. En todo caso, no hay que perder nunca el sentido del humor y si desafortunadamente se convierten en protagonistas de algún intercambio …comicotrágico de este tipo, pues, ¡que compartan sus experiencias conmigo!; desde luego, garantizo mantener el anonimato. Bueno, ya voy terminando y a este punto aprovecho también para dar las gracias a los amigos y compañeros que a lo largo de estos años me han ido proporcionando con buena parte de la materia prima para esta charla, de manera que hoy han pasado a la …inmortalidad –aunque ellos no lo saben. Termino con un toque de poesía y con una advertencia para el especialista en literatura que decida trabajar en clase con un texto tan conocido como el Martín Fierro de José Hernández (1978: 22, 53)[5].

Yo primero sembré trigo
Y después hice un corral;
Corté adobe pa un tapial,
Hice un quincho, corté paja…
¡La pucha que se trabaja
Sin que le larguen ni un rial!

Grandemente lo pasaba
Con aquella prenda mía,
Viviendo con alegría

Como la mosca en la miel.
¡Amigo, que tiempo aquel!
¡La pucha, que la quería¡ [6]

¡Qué no se asuste ante la cara desconcertada de los alumnos al recitar estrófas como estas!; quizá alguien le debería explicar que πούτσα es lo que pedía para comer aquella niña en el Telepizza, además en tamaño familiar…

Muchas gracias.

Bibliografía

Hernández, J. (1978), “Martín Fierro”, Madrid: Espasa Calpe.
López Jimeno, A.(2000) "Algunos "falsos amigos" del aprendiz de griego (moderno) hispano-hablante" en Apuntes, invierno 2000, 15-17.
Quino (2002) Mafalda 8, Buenos Aires: Ediciones de la flor.
Sánchez Adalid, J. (2001) El Mozárabe, Madrid: Punto de lectura.

Περίληψη

Γιατί οι Έλληνες φοιτητές που μαθαίνουν ισπανικά ως ξένη γλώσσα γελούν τόσο όταν τους εξηγώ το σχηματισμό της προστακτικής ή του παρατατικού υποτακτικής με παραδείγματα τόσο συνηθισμένα όπως “¡Pídame Señor!” ή “pidiese, pidieses, pidiese…”; Τι θα σκεφτόταν ένας Ισπανός ακούγοντας τον Πρόεδρο της Πορτογαλίας να παραδέχεται ότι “¡Estoy muy embaraçado...!”; Τι θα καταλάβαινε ένας Άγγλος αν άκουγε έναν Ισπανό να δηλώνει I'm constipated; Προφανώς ο κάθε ένας από αυτούς τους ομιλητές χρησιμοποιεί την γλώσσα-στόχο μεταφράζοντας απ’ ευθείας από τη μητρική του γλώσσα, με αποτέλεσμα ο μεν Πρόεδρος μάλλον να ήθελε να πει ότι “ντρέπεται πολύ” και όχι ότι “είναι έγκυος”, ο δε Ισπανός ότι ήταν κρυωμένος, και όχι δυσκοίλιος που είναι αυτό που καταλαβαίνουμε στα αγγλικά…

Σε αυτή μας την εργασία λοιπόν θα αναφερθούμε με χιουμοριστικό ύφος και χρησιμοποιώντας αληθινές ιστορίες στις ονομαζόμενες “ψευδόφιλες λεξικές μονάδες”. Με αυτή την έκφραση, μεταφρασμένη από τα αγγλικά (false friends) ή με τον περισσότερο τεχνικό όρο false cognates, αναφερόμαστε σε όρους που ανήκουν σε διαφορετικές γλώσσες και οι οποίοι παρουσιάζουν παρόμοια μορφολογία διαφέρουν όμως σημασιολογικά μερικώς ή ολικώς. Στόχος μας είναι να τραβήξουμε την προσοχή των μαθητών μπροστά σε πιθανές πηγές παρεξηγήσεων και καταστάσεων που μπορούν να φέρουν σε δύσκολη θέση τον ομιλητή/ ακροατή και ταυτόχρονα να τους κάνουμε να πάψουν να φοβούνται τόσο να μιλήσουν στη γλώσσα-στόχο καθώς συνειδητοποιούν ότι όλοι κάνουμε λάθη.

Eleni Leontaridi
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[1] Véase: López Jimeno 2000: 15-17.
[2] Nos recuerda lo que contaba Amor López (2000:15-17) de aquel español que, de vacaciones en Grecia y tras haber oído un par de veces cómo se pedía la cuenta, (το λογαριασμό παρακαλώ) llamó a voces al camarero –en plan, dejadme a mí que ya veréis- «τοργασμό παρακαλώ!», (“el orgasmo por favor”) ante la carcajada general de todos los griegos allí presentes.
[3] Ejemplo de López Jimeno, 2000: 15-17.
[4] En la misma línea Amor López (2000: 15-17) cuenta que “según un alumno, el pobre Sócrates no murió, como todos creíamos, por ingestión de cicuta (κώνειον) sino, en una muerte probablemente más dulce, “de un atracón de … (transcríbase la palabra griega a su supuesto resultado en castellano [coño])”. ¡De lo que se entera uno!”
[5] Mis agradecimientos a mi compañera, la Señora Zavitsanou, por haberme recordado la existencia de este texto.
[6] Tampoco se corta nuestra querida niña Mafalda de Joaquín Salvador Lavado, alias Quino (2002) al comentar:
-Mamá, ¿yo a vos hasta qué edad tengo que obedecerte?
-Hasta que tengas el criterio, la responsabilidad y la madurez suficientes como para saber desenvolverte sola en la vida.
-¡La pucha!... ¿Y duele mucho todo eso?
-¡Mirá vos, de pronto este viento!
- Puuuucha... ¡Yo creí que era el país comenzaba a avanzar!